Calcio (fortaleciendo huesos)

Un poquito de fisiología

¿Sabíais que nuestros cuerpos contienen más de un kilo de calcio? No sorprende que sea esencial que lo consumamos con regularidad y en cantidad suficiente. El 99% de ese calcio, combinado con fósforo en forma de fosfato de calcio, se encarga de proporcionar rigidez y dureza a huesos y dientes. Pero vuestro esqueleto no es el mismo desde que pegásteis el último estirón: los huesos forman un tejido vivo que está en permanente reciclaje y formación. Las células óseas funcionan como un almacén de calcio: éste es continuamente absorbido por el tejido óseo y devuelto al organismo en un ciclo sin fin (más que como una cuenta de ahorro a largo plazo, los huesos actúan a modo de cartera de calcio).

El otro 1% se encuentra distribuido en el resto de los tejidos y fluidos del cuerpo, donde interviene en infinidad de procesos como la contracción muscular y la coagulación de la sangre. Así que para que podamos movernos alegremente y curarnos las heridas, ¡conviene mantener esa cartera bien llena de calcio!

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La leche – «Somos el único mamífero que toma leche en la fase adulta»

 

 

 

 

 

 

 

 

Tenemos que alimentarnos cada día, nos guste o no, necesitamos los alimentos para obtener energía. Resulta indispensable para mantener las funciones vitales, evitar el deterioro de nuestro cuerpo, fortalecer el sistema inmunológico, evitar ciertas enfermedades, algunas de simples otras más complejas, etc. Pero la función más importante de la alimentación es la de nutrirnos en su justa medida, la falta de nutrientes o su exceso puede acarrear problemas para la salud. Hay que ser conscientes de ello dando a la alimentación la importancia que se merece. Por lo tanto preguntas que deberíamos formularnos todos son:

¿Nos alimentamos correctamente? ¿Aportamos a nuestro cuerpo los nutrientes necesarios (fibra, vitaminas, minerales, proteinas…) o simplemente comemos por hambre?
Después de años trabajando en el campo de la Educación Nutricional compruebas que no siempre las personas comen mal por que quieren, (aunque a veces si es así) sino porque se les ha informado mal, o han oido cosas que no son ciertas .El conjunto de mentiras, conceptos erroneos, falsas creencias y semejantes se conoce coloquialmente como «falsos mitos alimentarios”.
Uno de los más mediáticos es dejar de beber leche atendiendo a la afirmación: (más…)