Vitamina B5 (ligeros de equipaje y en paz con el mundo)

Un poquito de etimología

A la vitamina B5 se la llama también ácido pantoténico (del griego pantothen o “en todos lados«). Se bautizó así en la década de los 40, cuando se comprendió su importancia y se incluyó en el selecto grupo de las vitaminas. Su presencia es habitual en la mayoría de alimentos (de ahí su nombre), lo que es de agradecer porque resulta crucial para una miríada de reacciones sin las que la vida tal como la conocemos no sería posible.

Un poquito de fisiología

Las células de nuestro organismo fabrican su energía a través de una molécula llamada coenzima A, de la que forma parte nuestra bienamada vitamina B5. Sin ella, no podríamos extraer la energía de los alimentos que consumimos, lo que nos sumiría en una apatía feroz. Tampoco podríamos sintetizar compuestos como los ácidos biliares (sin los cuales no nos sería posible absorber las vitaminas liposolubles, como la A, la D y la E) o las hormonas esteroideas (incluidos estrógenos y testosterona, las principales hormonas sexuales).

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