El pasado miércoles asistimos a la conferencia «Somos lo que comemos. Alimentación saludable y práctica deportiva» organizada por la Fundación FC Barcelona. Este coloquio se enmarca dentro del proyecto de concienciación de la alimentación y el deporte que está llevando a cabo la Fundación, junto con otras entidades, y que ya comentamos en anteriores entradas del blog.
En la sesión hablaron diferentes ponentes sobre los beneficios de la Dieta Mediterránea y el desvío que nuestra alimentación está sufriendo cad vez más hacia patrones angloamericanos con alto consumo de grasas.
Nos gustó especialmente la intervención de David Barrufet, ex portero de balonmano del FC Barcelona, quien nos explicó cómo se trataba el tema de la alimentación y el rendimiento deportivo en la época en que él era atleta. Ahora nos sorprende ver que la única medida que se tenía en cuenta era el peso, controlado por médicos. El objetivo era que no sobrepasara unos máximos considerados óptimos para la práctica deportiva. Si el jugador pesaba más de la cuenta, se le ponía una sanción económica, y se le daba un plazo de tiempo (15 días, un mes …) para bajar de peso, haciendo lo que a él le pareciera (en ocasiones llegaban a hacer «burradas»). Si en este plazo no se conseguía bajar de peso hasta estar por debajo de los máximos establecidos, la sanción se multiplicaba por 2 … y así sucesivamente.
En la actualidad, el apoyo nutricional a los deportistas es mucho más completo, en todas las categorías de las diferentes disciplinas que tiene el club. Se utilizan medidas antropométricas exhaustivas para determinar el estado físico y nutricional y evalúa toda la alimentación para realizar las intervenciones más adecuadas. Barrufet nos explicó que desde que se empezó a trabajar la Nutrición de forma profesional, las lesiones se han reducido considerablemente, el rendimiento ha aumentado espectacularmente, y se ha alargado la vida deportiva (antes se retiraban más jóvenes).
También queremos destacar la reflexión de Franchek Drobnic sobre los niños que entrenan duro, pero que después del ejercicio en lugar de comer correctamente, meriendan la típica bollería o galleta. De esta manera no se recupera de forma óptima el glucógeno muscular, y están perdiendo rendimiento en su práctica deportiva.
Esta conferencia resultó muy interesante por su visión retrospectiva y crítica sobre el papel secundario que durante tantos años ha tenido la Alimentación en el mundo deportivo. Por suerte, hoy en día contamos con clubs de gran prestigio mundial que quieren difundir la utilidad y la necesidad de llevar una buena alimentación que complemente el entrenamiento, tanto de niños que empiezan a entrenar como los que ya son profesionales.
Si el Barça ya se ha dado cuenta de la importancia de la Nutrición Deportiva, es cuestión de tiempo que el resto de la sociedad lo entienda así también y busque profesionales dietistas que le asesoren.