Magnesio (el multi-tarea que lubrica nuestros engranajes)

El magnesio es un micronutriente clave. Habrá quien os discuta si merece la medalla de oro de los minerales más críticos para un óptimo funcionamiento del organismo, pero nadie pondrá en duda su reputada posición en el podio. Y es que el magnesio participa en una miríada de procesos fisiológicos de un modo u otro. Podría decirse que actúa a modo de lubricante de los engranajes bioquímicos que nos mantienen jóvenes, funcionales y felices. No alberguéis duda alguna de que un nivel inadecuado de este mineral repercutirá en vuestra salud más pronto que tarde. Si vais a ser deficitarios en algo, ¡no querréis que sea en magnesio!

El perfecto multi-tarea

Por si os pica la curiosidad, he aquí algunos de los engranajes en los que nuestro bienamado mineral tiene un papel primordial:

  • El magnesio interviene en la síntesis de neurotransmisores y en la transferencia del impulso nervioso de una neurona a otra. Nuestro equilibrio espiritual, mental y físico depende en gran medida del delicado balance de nuestros neurotransmisores, que a su vez requerirá que tengamos disponibles los ingredientes necesarios para sintetizarlos. Una deficiencia de magnesio puede traducirse en ansiedad, desasosiego, malestar, irritabilidad taquicardias sin un motivo aparente. De ahí que a menudo los déficits de magnesio se confundan con (y diagnostiquen erróneamente como) hipocondrías.

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Vitamina B1 (alimentando tu cerebro)

Un poquito de historia

Recién estrenado el siglo pasado, el bioquímico estadounidense Casimir Funk quiso comprobar su sospecha de que la falta de nutrientes en el organismo era la causa directa de algunas enfermedades.

Para probar su hipótesis, estudió los hábitos alimentarios de varios grupos de marineros y sus patologías. Así fue como en 1911 identificó una sustancia, presente en la cascarilla del arroz integral, que protegía a los tripulantes de cierto barco japonés del beriberi (una enfermedad común en los navíos asiáticos que se alimentaban a base de arroz blanco). Esta sustancia protectora se denominaría años después tiamina o vitamina B1. Fue el propio Funk quien propuso bautizar a estos “factores accesorios de la alimentación», como se llamaban hasta entonces, con el nombre de vitaminas, cuya etimología es vita (por vida) y amina (por «sustancia que contiene amoníaco»). (más…)